Tantas cosas se dicen sin tener base alguna en la cual apoyar lo que se escupe.
Comenzando por el lastre de una vida sin alegrías, sin disfrute, una vida carente del sentido real de lo que debe significar la verdadera amistad y todo lo que ella supone. Una soledad merecida porque por carecer, hasta la moral les falta. La lealtad solo representa una palabra más.
Quienes no se arrastran, los que se mantienen firmes en sus convicciones, a esos los ultrajan. No les convienen al no ser manipulables
Luego entramos a ese momento íntimo en el que intentamos ignorar la verdad desnuda.
Que la envidia consume las mentes de los que no se alegran del bien o fortuna ajena, que la bajeza es superada cada vez que hacen uso de una imaginación discriminatoria contra lo que brilla y sobresale de manera positiva y natural.
No reconocer jamás que hemos sido los artífices de ese vacío interno que corroe lo poco bueno que no queda…casi nada.