Probablemente he olvidado ya quién fui. Y también que cada vez te piense menos. Entre tus
cosas y mis cosas nos perdemos en lo ajeno.
Lo que no llena, lo que no roza, lo que no toca.
Y llega un día en que regresa de golpe todo lo vivido, y la tristeza reconoce que es muy tarde
para dar los besos no correspondidos, los que se quedaron en la espera de un futuro que
nunca llegó, los que al pedirlos fueron negados, los que jamás podrás volver a dar.