Es necesario ser muy simplista para limitar y dirigir todo lo leído, adjudicándole a quien escribe todo lo que se lee.
Ciertamente el morbo va cogido de la mano a la curiosidad malsana. Todo está sujeto a la interpretación individual y a los recursos intelectuales dormidos o quizás, más bien ausentes del que busca un motivo cualquiera para sentirse más feliz o menos jodido que esa persona tan puntual dentro de sus cabezas huecas.
Me alegra saber que solo un alma mezquina, encuentra placer en su torcida interpretación de lo que es incomprensible para sí mismo, por lo simple.
No hay más que un ego enorme y la absurda idea por demás, de que no hay mundo, ni persona ni cosa, si no lo comprende su imbecilidad.
Rosa Emilia